El filtro se ha roto, ahora el vómito caía inerte y manchaba de letras y palabras sus hojas y sus ojos. Ella se levantó y le dijo: «Anda, eres libre. Puedes volver a escribir ». Pero el écrivain había olvidado cómo y por qué escribir, ahora se dedicaba a amar silenciosamente a la luna.
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